El color de las flores, su forma, tamaño y aroma son importantes para los polinizadores. Aves, insectos y reptiles eligen sus flores y hacen posible que la vida natural prospere. Por ello, los polinizadores son un grupo clave para la biodiversidad y el bienestar humano.

Pero sabes...los polinizadores están amenazados por múltiples causas: insecticidas, venenos, reducción de su hábitat, especies invasoras, etc. Cuando veas una flor azul piensa en la próxima primavera y en quiénes la hacen posible.

Está comprobado de forma científica que las especies en islas tienden al gigantismo (o enanismo) en comparación con su parientes continentales. Esta evolución diferenciada está relacionada, entre otras cosas, con el aislamiento, con condiciones biogeográficas más benignas y la ausencia de depredadores. En La Gomera, un claro ejemplo es el lagarto gigante (Gallotia bravoana) una especie endémica de la isla que tiene un programa de recuperación para evitar que se extinga. Como el protagonista del libro “Los viajes de Gulliver”, las plantas y animales gigantes en islas son más llamativas que frecuentes. No sabemos si terminarán por desaparecer. 

No te ha llamado la atención la armonía que hay en casi todas las formas que presentan los animales y las plantas. La proporcionalidad en sus formas, la colocación y tamaño de cada componente y el delicado equilibrio del conjunto. Eso es la proporción áurea, algo así como la relación entre belleza, armonía y simetría. En la naturaleza es frecuente observarla y ha inspirado a las artes, el diseño o la arquitectura. Fíjate, por ejemplo, en las plantas rupícolas y la armonía en sus formas, el patrón que sigue y sus proporciones tan equilibradas. La disposición de los pétalos es algo llamativo y muy bello, que responde a esta proporción áurea.

Seguramente no pasará desapercibido este concepto en tus próximas observaciones. 

Todo el año hay fruto en Garajonay. Estos frutos alimentan a la fauna del bosque y son la semillas para la siguiente generación. Resulta sorprendente cuando los descubres y ves sus formas, algunos parecen tipo aceituna o bellota, como los del til o tilo (Ocotea foetens). Otros son como mandarinas enanas que cuelgan en el madroño (Arbutus canariensis), y que son comestibles también para las personas. La dieta de las palomas de la laurisilva está vinculada con estos frutos, como el aguacatillo para el Quetzal en Costa Rica. Frutos que pasan desapercibidos al ojo humano por su mimetismo, color o pequeño tamaño en relación con la envergadura del árbol.

Al próximo árbol míralo intensamente, descubrirás su grandeza y conectarás con todo su esplendor, desde las raíces hasta el fruto.

Sobre sustrato vegetal (troncos y ramas), madera en descomposición, hojas caídas, o en la tierra podemos encontrar y reconocer a los hongos, esos “vegetales” no verdes que se manifiestan en sus múltiples formas como simples manchas, en colonias, abanicos, repisas e incluso setas. Si las condiciones de humedad son buenas, algunos pueden alcanzar tamaños enormes en un tiempo cortísimo. Los hongos descomponen la materia orgánica generando así nutrientes para la salud del bosque y la vitalidad del ecosistema. También son grandes colaboradores en la prevención de incendios y tienen una trascendental función en este circuito perfecto donde se aprovecha todo ya que nada sobra. Se trata de mantener la naturaleza de Garajonay en perfecto equilibrio entre lo vivo y lo muerto. En el Parque Nacional de Garajonay se localiza la mayor diversidad de microbiota canaria registrada hasta el momento.

La población aborigen del archipiélago usó las setas y hongos. Aunque solo dos cronistas dejaron constancia de este hecho, la tradición ha permitido constatar que ha permanecido esta costumbre en el tiempo. Además, su consumo formaba parte del bagaje cultural de los pobladores de Canarias.

Como en toda selva, aquí también hay plantas trepadoras que desde el suelo suben por el tronco y ramas de los árboles buscando la luz en el tupido dosel. La laurisilva gomera es la selva de Canarias. Sus lianas van desde sencillas y mimosas campanas como el bicácaro (Canarina canariensis), con sus vistosas flores acampanadas de color anaranjado o rojizo, que trepa, cuelga o rastrea por el suelo. Pasando por la hiedra o yedra canaria (Hedera canariensis), quizás algo más conocida, que se extiende por el suelo o alcanza las copas ocupando grandes extensiones. Para llegar a la corregüela de monte (Convolvulus canariensis) que es la mayor planta trepadora de la laurisilva y escasamente conocida por el público. Una auténtica liana que se encarama en lo más alto de las copas de los árboles llegando a cubrirlas completamente. En el Parque Nacional de Garajonay no llegan a la veintena de ejemplares adultos conocidos. Un programa de propagación y recuperación está logrando aumentar sus poblaciones.

Cuando no hay nada de nada, los primeros en llegar son los líquenes. Estos primeros protagonistas han sabido adaptarse a múltiples situaciones, colonizar diferentes medios, tener una amplia distribución y adquirir gran diversidad de formas y colores. Los líquenes proporcionan sustancias de interés como esencias para perfumes, colorantes, fotoprotectores, antibióticos, y son files detectores de las impurezas de la atmósfera. En latitudes árticas y subárticas del planeta constituyen un alimento esencial para los herbívoros, como los renos.

En las cumbres de La Gomera la riqueza y variedad de líquenes es notable, destacando los situados en los promontorios rocosos y en los brezales de crestaría expuestos directamente a la influencia del viento alisio, y alcanzando un desarrollo llamativo con abundante frondosidad y cuerpo, evidenciando la buena salud ambiental que goza Garajonay. Más de la mitad de los líquenes del parque nacional se asientan sobre corteza, ramas y hojas, la otra mitad sobre rocas, y en menor medida en tierra y otros elementos.

Te invitamos a comprender mejor al matorral, esa vegetación no tan exuberante que ocupa zonas marginales con condiciones menos favorables. Los arbustos se desarrolla en áreas deforestadas por la acción antrópica y los frecuentes incendios. Adecuadamente tratados, pueden conforman espacios de transición para preparar la vuelta a la naturalización del terreno impactado. Los arbustos fijan nitrógeno, evitan la erosión y preparan el suelo. Cobijan animales y a otras especies vegetales de menor porte, incluso a endemismos oportunistas, y retienen la lluvia horizontal. El matorral de sustitución cuenta una historia, nos habla de los diferentes usos del territorio en el pasado y de las devastaciones que ha soportado, sobre todo por sucesivos incendios y deforestación. También nos cuenta que aquí prevaleció un uso sabio y controlado del monte que ha permitido controlar la mejor laurisilva del archipiélago.

Seguro que te han dicho que eres una persona única, que como tú no hay otra. Igual pasa con ciertas especies de plantas y animales que viven aquí. Son especies endémicas o exclusivas del Parque Nacional de Garajonay. Y no tenemos pocas, al contrario, fíjate que Canarias es la región con mayor número de especies endémicas de Europa. Y el ecosistema canario que guarda mayor número de especies exclusivas es la laurisilva. Esto que es muy llamativo, es también una debilidad por la vulnerabilidad que entraña. Evitar que desaparezcan se convierte en razón de peso y prioridad ecológica presente y futura.

Camuflada entre la hojarasca del suelo, solo levanta el vuelo cuando se siente amenazada. De normal viven en el suelo donde lo tiene todo: el nido, la nidada, la comida, el refugio. La gallinuela (Scolopax rusticola), no es un ave prehistórica, pero lo parece. Es de hábitos crepusculares, se camufla perfectamente entre la hojarasca gracias a su plumaje de tonalidades rojizas, marrón y ocre. No construye un nido propiamente dicho, sino que excava un pequeño hoyo en el suelo que reviste con hojas y ramas secas. Su largo pico le permite comer invertebrados, sobre todo lombrices, en los fangos de charcos de lluvia, riachuelos y barranquillos. En Garajonay existe una de las mayores poblaciones del Archipiélago.

Vivir de noche es para especialistas nocturnos. Las especies adaptadas a la oscuridad, cuando se pone el sol se despliegan para cazar, alimentarse, aparearse, criar. Son especies muy variadas desde insectos hasta aves, como algunas arañas, tijeretas, mariposas, gorgojos, o la llamada localmente coruja (búho chico). Los únicos mamíferos voladores, los murciélagos, son de hábitos nocturnos y quizás los más populares. En La Gomera hay cuatro especies de las siete que hay en Canarias (murciélago de bosque canario, de Madeira, montañero y rabudo). Se alimentan de insectos voladores como mosquitos y beben mientras vuelan. Pueden pesar, según especie, entre 4 y 25 gramos. Normalmente tienen una sola cría que amamantan hasta las dos semanas de edad.